El cobre tiene muchos usos en el mundo, desde cañerías a joyas, pero pocos saben que este metal también tiene propiedades antimicrobianas que ayudan a reducir el riesgo de infecciones en jardines infantiles y salas cuna.
¿Cómo funciona?
Cuando las bacterias u otros microorganismos entran en contacto con una superficie de cobre, los iones de cobre se liberan y penetran en las células de esos microorganismos, rompiendo sus membranas celulares y destruyendo enzimas y proteínas esenciales para su supervivencia. Esto les impide reproducirse y propagarse.
¿Dónde usar cobre para evitar la transmisión de enfermedades?
En superficies de contacto frecuente como manillas de puertas, barandas, interruptores de luz, llaves de agua, entre otros. En superficies de trabajo y mesas, las cuales pueden ser tratadas con recubrimientos de cobre para reducir la carga microbiana y disminuir el riesgo de propagación de patógenos.
Es importante tener en cuenta que esto no reemplaza las medidas básicas de limpieza y desinfección regular, pero es una poderosa herramienta para cuidar la salud de los más pequeños y los adultos a cargo.