Nuestra experiencia en el Jardín Alce fue muy negativa debido al proceso de adaptación que propusieron. A diferencia de otros jardines, aquí la separación fue "rápida" y forzosa. Este sistema afectó negativamente a nuestra hija, que normalmente es alegre, y en solo dos días comenzó a mostrarse desanimada. Nos llamó la atencion la poca importancia que le daban a las emociones del niño. El jardín accedió a devolvernos el 100% de la matrícula, cobrando solo la semana que fue.